El susto y Miguel Bueno(anécdota)

Atardecía y no tardaría mucho en llegar la noche...Yo iba caminando por la sierra más bonita de Cartagena,sin duda (La Muela),y me dirigía hacia un refugio que antiguamente era estancia de vigía del ejercito,desde esas estancia se controla una parte de la costa cartagenera,nosotros,los aficionados a andar por estos lares le llamamos "la casa del comandante".

casa del comandante

No llevaba linterna a posta,sabía que haría una luna casi llena y vería bastante bien la senda...así me integraría mas con el medio y tendría mas posibilidades de encontrarme con algún que otro animal de costumbres nocturnas,ya de bajada hacia la casa del comandante,y desde dónde se divisaba ésta, me encontré con una luciérnaga que estaba en un matorral de albaida.Estaba observándola en dirección al refugio cuando observé por la ventana de éste un resplandor,como si estuvieran haciendo fuego para cocinar,esa parte pertenecía a la cocina de la casa.Pero fue tan leve el resplandor que no estaba seguro si era eso o lo había confundido con el resplandor que daba la luna en la puerta gris del refugio.Le dije adiós a la luciérnaga y seguí la marcha con la incertidumbre de si habría alguien en la casa y si le conocería o no, pues yo me disponía a pasar dos noches allí.Conforme ya estaba llegando perdió fuerza la hipótesis de que habría alguien,efectivamente no había luz ni se escuchaba humanidad ninguna.Estaba en la puerta de la casa después de la caminata y me quite la mochila y encendí un cigarro,bebí un trago de agua y me dispuse a entrar al refugio,algo me decía que no entrara por la puerta, así pues lo hice por la ventana.Lancé la mochila primero y yo fui después,todo estaba en orden,iba con el mechero ayudándome para poder ver,y me dispuse a ir a la habitación de dentro para deshacer la mochila,sacar las velas,hacerme la cena etc.Seguía ayudándome del mechero cuando entraba a la habitación y de pronto un animal se irguió de su camastro que estaba en la esquina golpeándose con la pared de su espalda y yo me caí de culo del sobresalto lanzando la mochila para arriba y gritando un "AHHHHH" que no se me va ha olvidar en la vida,porque fue un "AHHHHH" dual,de la especie de ciervo que yo había visto a primera instancia y el mío.Entonces pasados siete segundos y con el susto todavía en el cuerpo me preguntó el hombre barbudo que estaba al otro lado si me había asustado y yo le dije que no y le devolví la pregunta,el me dijo que tampoco se había asustado.Vaya gilipollez,pero esa primera toma de contacto sin fundamento ninguno calmó algo nuestro susto.
Lo primero que me dijo fue que se había escondido porque se creía que yo era la guardia civil( oyó dos saltos) y que el había roto su D.N.I. porque no quería pertenecer a ningún Estado,que el quería ser libre y que era de Bilbao...Compartí mi cena con él y después estuvimos de charla...
Todo lo que sé de Miguel Bueno Martín es que trabajó en una multinacional en Suiza,era economista,con un gran nivel de vida quiso darle un giro a su vida porque nunca se había sentido realmente libre de la sociedad,la familia etc...que se volvió de Suiza a Bilbao y allí se fue de su casa abandonando su familia muy a pesar de él,porque ellos no lo entenderían jamás, marchándose como los abuelos esos que decían que iban a comprar tabaco y nunca ya aparecían.Miguel era un hombre culto.Me daba pena su situación porque se atormentaba mucho,me alivió cuando me dijo que su situación era por ese momento transitoria.
Venía de Huelva andando,era invierno y decía que en el sur se pasaba menos frío,solo pisaba pueblos y esquivaba las ciudades,comía raíces e incluso algún animal que otro al que le daba caza.
Hizo algunos arreglos a la casa,porque decía que se tenía que ganar el pan con el sudor de su frente.Estaba comiendo de la comida que muchos excursionistas,naturalistas y montañeros dejaban en la casa por si otro que llegara después lo necesitaba.Hicimos amistad,yo marché de nuevo a casa y el se quedó sin saber muy bien hacia dónde se dirigiría días después.





A Miguel Bueno Martín esté donde esté.