
Al fin desapareció lo horrendo,el viaje disimuló los escenarios y entramos en la zona de los campos de las ilusiones.Lo eterno era realidad,la realidad era ilusión; pasábamos de un campo a otro y la suavidad del paisaje era tanto diversa como monótona.El mar se olía y se intuía que quedaba detrás de las montañas por donde lucia el sol.
Mientras comíamos, dormíamos o andábamos: charlábamos.Al subir a un cerro y volver la vista atrás,se apreciaba intensamente el pasado como el presente feliz;la continuidad y el frescor de los momentos hacía que nuestros impulsos fueran como las pedaleadas en bici cuando se acelera.
Viento ninguno.

Nos bañamos para despojarnos del miedo,y continuar el paisaje de lo que creímos eterno.El campo de las caricias esperaba nuestro regreso y lo fundimos con el mar.Me senté,cogí tierra y la esparcí por el aire.Hallé refuerzo y no quise pensar jamás,si no sentir y sentir nada mas:"amor en un banco de madera".
Es precioso Michel, me has relajado mucho y me has hecho imaginarme en ese mar y en eso campos.
ResponderEliminarY me he sentido feliz, y sobretodo orgullosa de que el que me ha hecho sentir todo eso en este instante al leerlo es mi hermano Michel. Un beso, tu anónima Anabel
grache Anabella,de eso se trata de evadirnos de la basura que nos come...besos
ResponderEliminarJoder, qué bien te sientan los años...
ResponderEliminarja ja ja ja,modestia aparte la verdad es que sí...ja ja que bueno Miguel.
ResponderEliminarBueno, la verdad es que estás siendo un descubrimiento para mí. Me encantan tus relatos y me sorprende verdaderamente esa faceta tuya.
ResponderEliminarEstoy gratamente sorprendida.
Me declaro fan de tu blog. Besos cabrilla!!!
Te quiero muucho, tu sobri Cristina. Muac
Me gusta,que te enganche,pues si es una faceta que enterré durante bastante tiempo y que ahora he retomado desde noviembre,siempre me gustó narrar,escribir sensaciones,historias,poesia...siempre me ha relajado mucho.
ResponderEliminarBravo, Cabrilla, muy muy bonito!!!
ResponderEliminarMuy bonito, reconfortante, tiene ese halo de la niñez, o por lo menos la idealización que me queda de ello. Me gusta
ResponderEliminarSaludo y gracias
deacuerdo con vosotros,efectivamente es una historia vista desde la esa niñez y adolescencia.saludos
ResponderEliminarEs sentir la paz después de la angustia y querer respirar aire fresco hasta que se te salten las lágrimas.
ResponderEliminarPropio de un joven adolescente de 40 años.
besos. Te quiero.
ja ja ja,haber si empezamos ya a madurar,yo también te quiero
ResponderEliminarTriunfan las descripciones y los detalles en tus relatos. Precioso, fresco y cálido a la vez. Me gusta el detalle de un banco de madera y no de hierro (frío y oxidado).
ResponderEliminarMe gusta mucho. Un beso gordo.
estas hecha una experta crítica literaria ja ja ja
ResponderEliminarQue chulo! Ademas, el banco de madera tiene la ventaja de que puedes grabar en el, asi que esos momentos eternos y precisos quedaran ahi para siempre.
ResponderEliminarhasta que llega "mantenimientos de parques municipales" y los borra jejejeje!!!
Eliminardeberíamos buscar un banco de madera...