dijo la cabra:

saber mirar es como hacer fotos sin cámara,"mírame"

domingo, 7 de agosto de 2011

El insomnio,la puerta,el panadero y mi madre (anécdota)

Allá por el dos mil y pico,trabajaba yo en una fábrica de muebles (sofás),Hermanos Hijos de Puta S.L. Esto hacía que yo madrugara bastante,a las seis sonaba ese aparato que tanto nos gusta a todos que nos despierte.Yo entraba a las siete y salía a las tres(que no estaba mal del todo),porque me permitía echarme una siesta bonita en venganza de los madrugones malvados.Había veces que las siestas bonitas se convertían en abusonas por lo que me descontrolaba el sueño de la noche.
Un día de estos de siesta abusiva,me sucedió una cosa que empiezo a narrar.
Era Primavera(recién entrada).Me acosté como todos los días iba haciendo sobre las doce,entonces se me abrieron los ojos de pronto,pero se me abrieron con no mucha intención de volverse a cerrar de inmediato,me había desvelado.Primero fue mirar la hora por ver cuanto tiempo me quedaba para poder seguir durmiendo.A todos nos ha pasado mas o menos esto y siempre esperamos que quede bastante tiempo para seguir descansando.En mi caso  que me levantaba a las seis no me hacía mucha gracia por ejemplo las veces que me pasaba que fueran las cinco y veinticinco...Esta vez me llevé una alegría,eran las cuatro menos diez de la madrugada,todavía me quedaban dos horas y diez minutos para que sonara ese aparato tan...me quedaba tiempo para seguir descansando(menuda alegría).Hasta este punto de la historia yo estaba feliz,y no era consciente de la desgracia que me acechaba.


-Bien,bien.- pensé.-Ahora me fumo un cigarrico en la puerta a ver si me entra sueño,y luego a la piltra,-me dije.Dicho y hecho.Cogí un cigarro de la mesita, lo encendí,me puse las zapatillas y me salí a la puerta a fumar.Estoy pegándole la primera calada mientras miro a un lado y otro de la calle notando el viento misterioso de la noche cuando oigo: "PUMM",mi cabeza se encogió hacia los hombros y me pegué un susto de la hostia,pero de inmediato se me quedó una cara de tonto(que me la tendría que haber visto) y me hice una pregunta "¿y ahora qué? La puerta se me había cerrado.Eran las cuatro de la mañana,estaba en la calle con un cigarro a medias,unas zapatillas de invierno sin calcetines,una especie de mallas, pantalón de chandal y pijama,roto por el muslo y por la parte trasera, y una camiseta grande de publicidad horrorosa con la obligación de elaborar un plan de inmediato y viable.
Lo primero que pensé fue escalar la fachada,subirme por la farola...memeces para empeorar las cosas.Entonces elaboro el primer plan serio:esperar hasta las seis menos cuarto para tirar el timbre abajo,antes no iba a despertar a mi madre claro,le daría un susto de muerte.Pues bien allí estuve esperando sentado en el portal, guiándome por las campanadas de la iglesia,sin un puto cigarro y cagándome en mi desgracia y pensando constantemente lo bien que estaba empezando el día.Llegada la hora planeada empecé a llamar al timbre de manera pausada,al ver que no daba resultado lo tiré abajo.Claro mi madre lleva un aparato audífono,que se quita para dormir por lo que me dí cuenta que no me iba a oír por más que tirara la puerta abajo.-Mierda! mi plan ya no valía y ya me estaba poniendo nervioso,el sentido de la responsabilidad me achuchaba : iba a llegar tarde al trabajo,como le iba yo a explicar a mi jefe lo que me había pasado...
Y de pronto la solución divina, vi las luces del obrador de la panadería encendidas,yo conozco al panadero,lo llamaré,le pediré un cigarro lo primero y le rogaré que me deje hablar por teléfono,(mi madre tiene un teléfono en la mesita de noche) así me abriría la puerta.Este era mi nuevo plan que empezaría a ejecutar.Me dispongo a cruzar la carretera principal de mi barrio cuando aparecen dos coches que me obligan por vergüenza por las pintas que llevaba a esconderme de inmediato detrás de un contenedor de basura.Logro cruzar sin que nadie me viera,llamo a la puerta del obrador,desde la puerta oigo la radio a todo gas,me tiré llamando como tres minutos hasta que por fin Agustín oyó los golpes.-¿quién es ?dijo chillando y en tono de pocos amigos.Le tuve que repetir el nombre tres veces y chillando,me recibió con un palo de amasar en la mano y diciéndome que en los tiempos que corren no te puedes fiar de nadie,le expliqué lo que me había pasado y me dijo riéndose:-anda llama,llama. Después de llamar tres o cuatro veces mi madre cogió el teléfono,(se había tomado encima una pastilla para dormir,esto lo hace de uvas a peras).Llegué, mi madre me abrió,desayuné y me fui a hacer armazones de sofás como si no hubiera pasado nada.

6 comentarios:

  1. Desayunarías pan tierno al menos, no?

    ResponderEliminar
  2. pues claro,faltaría mas...pero eso ya es otra historia...

    ResponderEliminar
  3. Este se lo leí a los crios y se partían... te imaginaban con esa facha en la calle con esas zapatillas...

    ResponderEliminar
  4. Y yo me pregunto, que hiciste en esas dos horas y media?

    ResponderEliminar

deja tu mirada-
comentario aquí