era una luz triste que murió (y otras que no);
una luz primitiva,
observadora,
que absorbía las músicas y amores
de tristezas de amistades que hacían referencia a infancias de luces y estrellas.
Rastreo humildes playas y distancio mi sol
entre infantas conquistadoras de labios
y coacciones;
y como en cuentos de hadas
el corazón es lo que manda.
Dichosas las formas de los bosques encantados,
florece la fantasía y quiere al alma.
Pequeños amigos de bosques con lucecillas tristes
pero vivas.
Las Palabras, esas notas encadenadas
ResponderEliminaresas músicas articuladas.
Puerta.
esa música que brota...
ResponderEliminarBravo!!!
ResponderEliminar...bien!
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